Los ácidos son ingredientes activos de origen natural o sintético que, en concentraciones específicas, pueden modificar la estructura o función de la piel. No se limitan a hidratar o embellecer: pueden exfoliar, regenerar, iluminar, controlar la oleosidad, despigmentar o mejorar la firmeza.

Por eso, forman parte esencial de tratamientos para acné, hiperpigmentaciones, signos de envejecimiento, textura irregular y más.

Clasificación general de los ácidos más usados en cosmecéutica

AHAs (alfa-hidroxiácidos)

Actúan principalmente en la superficie de la piel, ayudando a exfoliar y renovar células muertas.

    • Ácido glicólico: mejora la textura y estimula el colágeno.

    • Ácido láctico: suave, ideal para pieles sensibles.

    • Ácido málico y ácido cítrico: iluminadores y antioxidantes.

    • Ácido mandélico: eficaz pero suave, ideal para pieles con tendencia al acné o sensibilidad.


BHAs (beta-hidroxiácidos)

Penetran más profundamente al ser lipofílicos (afines a grasa), por lo que son ideales para pieles grasas o con tendencia acneica.

  • Ácido salicílico: limpia los poros, reduce inflamación y combate puntos negros.


PHAs (poli-hidroxiácidos)
Son una generación más reciente de exfoliantes químicos, con moléculas más grandes, por lo que son aún más suaves.

  • Gluconolactona y ácido lactobiónico: exfolian sin irritar, ideales para pieles muy sensibles o con rosácea.


Ácidos especiales y multifunción

  • Ácido hialurónico: aunque no exfolia, hidrata en profundidad.

  • Ácido azelaico: despigmentante, antiinflamatorio y seborregulador.

  • Ácido tranexámico: atenúa melasma y manchas.

  • Ácido ferúlico: antioxidante que protege frente a los radicales libres.

  • Ácido pirúvico: renueva la piel y regula el sebo, útil en acné y piel grasa.

  • Ácido linoleico: esencial en pieles secas o con alteraciones de la barrera cutánea.

Por su eficacia está respaldada por estudios científicos y pueden generar cambios visibles en la piel cuando se formulan y aplican correctamente. A diferencia de la cosmética tradicional, en la cosmecéutica se busca un efecto más profundo, terapéutico o preventivo.

¿Son seguros todos los ácidos?

Siempre que se usen en la concentración adecuada y bajo las condiciones correctas. Algunos consejos clave:

  • Comenzar con concentraciones bajas e ir aumentando según la tolerancia.

  • Usar protección solar diaria, ya que algunos pueden aumentar la sensibilidad al sol.

  • No mezclar ciertos ácidos entre sí, a menos que estén formulados para eso.

¿Cómo saber cuál es el adecuado para ti?

Depende de tu tipo de piel y objetivos:

  • Acné o piel grasa: salicílico, azelaico, pirúvico.

  • Manchas o tono irregular: glicólico, tranexámico, ferúlico.

  • Piel sensible o seca: láctico, mandélico, PHAs, linoleico.

  • Prevención del envejecimiento: ferúlico, hialurónico, málico.

Los ácidos no son el enemigo: bien formulados y con profesionales capacitados que conocen como las precausiones y modos correctos de aplicación , son verdaderos aliados para lograr una piel más uniforme, luminosa y saludable. 

Próximamente, en nuestro blog, profundizaremos en cada uno de estos activos. ¡Sigue leyendo y descubre cuál es el ideal para tu piel!