El ultrasonido estético es una de las herramientas más versátiles y seguras dentro de la aparatología básica. Gracias a su acción mecánica y térmica, se ha convertido en una tecnología de entrada imprescindible tanto para tratamientos faciales como corporales. Su aplicación es sencilla, pero su efectividad depende de una correcta selección de parámetros como potencia, tiempo de exposición y zona de aplicación.

¿Qué es el ultrasonido estético?

Se trata de una técnica no invasiva que emplea ondas acústicas de alta frecuencia (generalmente entre 1 MHz y 3 MHz) para penetrar tejidos superficiales y profundos sin causar daño. Estas ondas provocan vibraciones celulares, micro-masajes y un efecto térmico suave, que en conjunto favorecen la permeabilidad de la piel, estimulan la circulación sanguínea y mejoran la regeneración celular.

Su uso es principalmente cosmético y complementario, lo que lo convierte en un aliado perfecto para potenciar la absorción de principios activos y mejorar la textura de la piel.

¿En qué tratamientos se usa y cuánto dura cada uno?


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Importante: las potencias deben ajustarse al tipo de piel y tolerancia del paciente. Siempre realizar prueba de sensibilidad antes de iniciar.

Beneficios en cosmética profesional

  • Facilita la penetración de principios activos, gracias al aumento de la permeabilidad celular (sonoféresis).

  • Activa la circulación sanguínea y linfática, favoreciendo la oxigenación y la eliminación de toxinas.

  • Reafirma la piel y mejora su textura, especialmente cuando se trabaja con frecuencia de 1 MHz.

  • Complemento ideal para protocolos faciales y corporales, como limpiezas profundas, hidrataciones intensivas y tratamientos reductivos.


Precauciones y contraindicaciones

  • No aplicar sobre zonas con prótesis metálicas, marcapasos, varices marcadas, trombosis o infecciones activas.

  • Contraindicado en embarazo, lactancia y pacientes con enfermedades cardíacas o neurológicas graves.

  • Evitar zonas con lesiones abiertas, quemaduras o alteraciones dermatológicas activas.

  • No aplicar sobre glándulas tiroides, ojos, huesos prominentes o directamente sobre el corazón.

¿Se usa en pre o postoperatorio?

El ultrasonido se puede usar tanto en pre como en postoperatorios estéticos, siempre bajo indicación médica:

  • Preoperatorio: Mejora la circulación y la calidad de la piel antes de una cirugía estética, optimizando la oxigenación tisular.

  • Postoperatorio: Se emplea para reducir edemas, prevenir fibrosis y acelerar la recuperación, especialmente tras liposucciones o lifting faciales (después de 2 a 3 semanas, según el caso).

Datos interesantes

  • El ultrasonido estético deriva del ultrasonido médico-diagnóstico, pero trabaja con potencias mucho menores y con fines terapéuticos o cosméticos.

  • La tecnología permite trabajar de manera localizada, y su efectividad aumenta con sesiones repetidas y productos cosméticos adecuados.

Mitos y realidades

Mito: “El ultrasonido puede derretir la grasa.”
Realidad: El ultrasonido estético no tiene efecto lipolítico. Para ello se requiere cavitación o HIFU corporal. Este ultrasonido es principalmente estimulante y regenerativo.

Mito: “No sirve si se hace solo.”
Realidad: Puede usarse solo o como potenciador de otros tratamientos: es muy efectivo en limpiezas, hidrataciones y tratamientos reafirmantes.

Mito: “Es igual que el ultrasonido médico.”
Realidad: No. La frecuencia, potencia y objetivo son diferentes. El ultrasonido estético es más superficial y menos potente.

El ultrasonido estético es una de las tecnologías base dentro de los protocolos profesionales. Versátil, seguro y bien tolerado, ofrece múltiples beneficios cuando se aplica correctamente. Su verdadero valor radica en potenciar otros tratamientos y estimular la piel sin agresión, siendo una herramienta ideal tanto para esteticistas principiantes como para clínicas avanzadas.