El alta frecuencia es una tecnología clásica pero fundamental en tratamientos estéticos, reconocida por su capacidad para mejorar la salud de la piel mediante una acción antimicrobiana, estimulante y regenerativa. Es uno de los equipos más versátiles en cabinas profesionales, utilizado para diversos tratamientos faciales y corporales que buscan revitalizar la piel, controlar imperfecciones y promover la circulación.

¿Qué es la Alta Frecuencia? 

El alta frecuencia es un equipo que emite una corriente eléctrica de alta frecuencia y baja intensidad a través de electrodos de vidrio que se colocan en contacto con la piel. Esta corriente genera un efecto térmico suave y produce ozono, que actúa como antiséptico natural. Su acción estimula la microcirculación, favorece la oxigenación celular y ayuda a eliminar bacterias y toxinas en la piel.

Beneficios

  • Acción bactericida y antifúngica que ayuda a combatir acné y otras infecciones cutáneas.

  • Estimula la producción de colágeno y elastina, mejorando la firmeza y elasticidad.

  • Favorece la cicatrización y la regeneración celular.

  • Reduce la inflamación y mejora la oxigenación de los tejidos.

  • Controla la secreción sebácea, ayudando a equilibrar pieles grasas o mixtas.

  • Proporciona efecto calmante y descongestivo.

¿En qué tratamientos se usa y cuántas sesiones se recomiendan?

La alta frecuencia se emplea principalmente en:

  • Tratamientos para acné activo y control de brotes.

  • Mejora de la textura y tono de la piel.

  • Cicatrización post extracción en limpiezas faciales.

  • Tratamientos para rosácea y piel sensible.

  • Aumento de la penetración de productos activos.

Sesiones recomendadas:
Generalmente, se sugieren entre 6 a 10 sesiones, una o dos veces por semana, según la condición y respuesta del paciente. En tratamientos de mantenimiento, se puede realizar una sesión mensual.

⚠️ El profesional debe ajustar el número de sesiones según las necesidades específicas del paciente y las indicaciones establecidas en la ficha técnica de cada equipo. Se recomienda consultar siempre el manual del fabricante para garantizar un uso seguro y eficaz.

Beneficios en cosmética profesional

Para el profesional estético, la alta frecuencia es una herramienta que mejora la efectividad de los protocolos al preparar la piel y mantenerla libre de microorganismos. Además, su uso combinado con otros tratamientos, como limpieza facial o peelings suaves, potencia resultados y reduce riesgos de irritación o infección.

Precauciones y contraindicaciones

  • No debe usarse en pieles con heridas abiertas o inflamación severa.

  • Contraindicado en personas con marcapasos, epilepsia, embarazo o enfermedades cardíacas.

  • Evitar su aplicación en áreas con piel muy fina o con lesiones vasculares activas.

  • Usar siempre según indicaciones y ajustar intensidad al tipo de piel.

¿Se usa en pre o postoperatorio?

La alta frecuencia es útil en postoperatorio para acelerar la cicatrización y prevenir infecciones, siempre bajo supervisión médica. En preoperatorio, puede ayudar a mejorar la calidad de la piel, pero su uso debe ser evaluado caso por caso para evitar sensibilización.

Datos interesantes

  • Fue desarrollada a principios del siglo XX y desde entonces sigue siendo un básico en estética.

  • La acción de ozono que produce tiene un efecto bactericida natural, sin necesidad de químicos.

  • Los electrodos pueden tener diferentes formas para adaptarse a distintas zonas del rostro y cuerpo.

Mitos y realidades

  • Mito: La alta frecuencia quema la piel.
    Realidad: Su corriente es de baja intensidad y el efecto térmico es suave y controlado.

  • Mito: No es efectiva para el acné.
    Realidad: Su acción bactericida y reguladora del sebo la hace ideal para casos leves y moderados.

  • Mito: Solo sirve para pieles grasas.
    Realidad: También mejora pieles sensibles y ayuda en procesos de cicatrización.

La alta frecuencia es una tecnología segura, versátil y eficaz que sigue siendo un pilar en tratamientos estéticos profesionales. Su capacidad para estimular, desinfectar y revitalizar la piel la convierte en una herramienta indispensable para mejorar la salud cutánea y potenciar los resultados en consulta. Adaptar su uso a cada paciente, respetando contraindicaciones y personalizando protocolos, garantiza una experiencia óptima y resultados visibles.